domingo, 27 de mayo de 2012

El dogma de la libertad


Con motivo de la Semana de Mayo se realizó en el Concejo Deliberante de Santa Rosa el acto oficial del municipio en conmemoración de la fecha patria del 25 de Mayo. Entre la serie de actividades que se organizaron desde diferentes organismos de la municipalidad sobresalió el acto central, con música y palabras alusivas, además de la presencia de funcionarios, dirigentes y vecinos, donde el Intendente Luis Larrañaga recordó el significado de aquella gesta de 1810.

"Cada rememoración que se realiza cumple un doble propósito, en un principio resignifica hechos acaecidos en el pasado que conforman la historia de un lugar, ya que los mismos constituyen el anclaje desde donde comienza a construirse un relato. Y en segundo término, es la incidencia que ese recordatorio tiene respecto al presente, puesto que dichos acontecimientos forman parte del capital simbólico que da sentido a lo que se ha plasmado en la historia misma; por lo tanto en el proceso de relectura se actualiza en un nuevo contexto político, con una densidad significativa distinta, es decir, con cada homenaje a lo que sucedió con anterioridad a nosotros se lo vuelve contemporáneo.

En ese sentido, no hay mejor maestro que la historia, en Las disciplinas Luis Vives señala como virtud de la historia ser 'maestra de la vida'. Nuestros próceres, a los que pretendemos homenajear en este día, son los hombres que nos han legado una gesta patriótica, fueron esos primeros maestros los que se atrevieron a reescribir la historia, una historia que daría las bases para la fundación del país, de nuestra Argentina. Pero esa gesta patriótica es una acumulación de hechos que conciliaron posiciones entre los hombres públicos y el mismo pueblo. No podemos dejar de citar precedentes que demuestran esta conjunción, tanto de ideas como de acciones, entre la dirigencia y los hombres de la calle de aquella época. Estos hombres y mujeres habían demostrado su convencimiento de pertenencia a un 'lugar' al enfrentarse al ejército inglés en 1806 y 1807 organizados en batallones milicianos formados por numerosos criollos, indígenas y esclavos negros. Vale recordar el arrojo de Manuela Pedraza que ultimó a un soldado invasor con un fusil.

Esa situación límite se hizo carne en los habitantes del Virreinato del Río de La Plata y los impulsó a romper con la dependencia. Con el triunfo de Napoleón y la caída de Fernando VII se aceleró el proceso emancipatorio, aún con las resistencias que implica todo cambio y surgimiento de algo nuevo. Es así que la Semana de Mayo se convierte en el punto de referencia para poder contar nuestra historia, la historia del país, con sus marchas y contramarchas, con sus avances y retrocesos, pero en esos días de 1810 está, indudablemente, la primera matriz de la Argentina moderna, de la Argentina actual.

La creación de los símbolos que representan un proceso emergente implica las convicciones de fundar la Patria. Abandonar el dominio de la monarquía española es un acto inaugural, debido a que la identidad es un relato que se construye.

Cornelio Saavedra, Manuel Alberti, Miguel de Azcuénaga, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Domingo Matheu, Juan Larrea, Juan José Paso, Mariano Moreno, son algunos de los nombres que asumieron la responsabilidad que les transfería el pueblo para trocar la tutela del rey español por la tutela de la libertad. Estos hombres fueron los que validaron el cambio de la colonia hacia un país libre y soberano.

El revolucionario Mariano Moreno había sentenciado que 'La libertad de los pueblos no consiste en palabras, ni debe existir en los papeles solamente. Cualquier déspota puede obligar a sus esclavos a que canten himnos a la libertad; y este cántico maquinal es muy compatible con las cadenas y opresión de los que lo entonan. Si deseamos que los pueblos sean libres, observemos religiosamente el sagrado dogma de la igualdad.'

Estas son algunas de las enseñanzas que nos dejaron como herencia estos patriotas, no sólo de palabras fue su compromiso, sino que fueron partícipes en las luchas por la liberación junto al pueblo. Sin esa identificación, sin esa convicción, sin esa alianza entre los hombres del pueblo no hubiese podido darse el paso gigantesco de la emancipación.

Decíamos que rememorar es releer la historia, darle sentido desde la toma de posición que se la resignifica. No hay lecturas inocentes, todo se carga de ideología, es el modo en que funciona el proceso dialéctico. Pasar el cepillo a contrapelo de la historia es la tarea de los hombres que asumen responsabilidades y se comprometen con su tiempo histórico. El deber es otorgarle desde el lugar que se ocupa entidad a aquellos que han padecido las políticas de los poderosos, de los que sólo pensaron un país para una elite, y diseñaron un país para pocos.

Actualmente estamos inmersos en medio de un proceso reivindicatorio de la política, donde las convicciones pasaron a ocupar el primer plano, donde la dirigencia se impuso al mandato de las corporaciones, y pudo avanzarse hacia una Patria para todos y todas.
Hoy tenemos un país conducido por una mujer, un país conducido por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que ha demostrado en cada una de las decisiones que tomó es porque supo interpretar al pueblo y al mundo. Interpretar donde están las necesidades, por lo menos en nuestro precepto justicialista, es también saber que hay un derecho; y la obligación que tenemos como funcionarios es cumplir con ese mandato popular.

Quisiéramos imitar, aunque sea a grandes rasgos, la contundencia del gobierno nacional en beneficio del pueblo, de la clase trabajadora, de los que todavía no han podido ser incluidos. Para eso también es necesario recomponer la situación del municipio, reacomodar su funcionamiento para ser eficientes, y de esa manera poder aplicar las políticas que expusimos en nuestra plataforma y que la voluntad popular decidió respaldar.

Todo militante, todo dirigente sabe el rol que le compete cuando decide que su destino es convertirse en la herramienta para luchar por el bien común, por el engrandecimiento de una comunidad y la realización de sus ciudadanos. También es consabido que se puede dilapidar el buen nombre porque en la política se dirimen intereses, y la realidad nos demuestra cotidianamente que hay sectores en nuestra ciudad que no quieren cambios.

Por eso, en este día, reponemos la historia de esos hombres y mujeres de 1810 que comprendieron lo que solicitaba la hora, y lo hicieron a costa de sus proyectos individuales, a costa, inclusive, de sus propias vidas, sobreponiendo ante todo, primero, la Patria."

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