lunes, 1 de agosto de 2011

¿Crisis? ¿Qué crisis?



Después del supuesto malentendido que hubo con la presidenta Cristina Fernández y la deflexión del candidato del PJ, Carlos Verna, un sector de la prensa y varios políticos opositores como Juan Carlos Marino, Francisco Tineo ―aprovechándose del río revuelto― quisieron instalar la idea que el partido justicialista se encontraba en crisis, por lo tanto ante la situación de estar sin conducción abre (o abría) la posibilidad de que el peronismo fuera derrotado en las elecciones de octubre.

Primero se insistió con que habría corrimiento en la lista y que el máximo cargo ejecutivo sería ocupado por Norma Durango y, en consecuencia, el de vice le correspondería al primer diputado provincial, Juan Pablo Morisoli. Se insinúo varias veces sobre un “operativo clamor” y que la presidenta llamaría al senador Verna para que depusiera su actitud, con lo que se reivindicaría su figura y reasumiría su postulación; al no concretarse esa especulación se arriesgaron varios nombres como posibles candidatos a encabezar la fórmula: “Cacho” Campos, Jorge Tévez, Martín Borthiry, Ariel Rauchemberger, o algún intendente joven de la línea Plural. Incluso se llegó a publicar que Cristina estaría revisando la lista de diputados provinciales para eliminar a quienes son díscolos al proyecto nacional y popular.

Han sido demasiadas absurdidades juntas y, en concreto, muchas operaciones periodísticas y políticas que quedaron en nada. Porque al final se terminó ungiendo al actual gobernador Oscar Mario Jorge que, como candidato natural de todo el peronismo, aceptó el nuevo desafío como un mandato de la historia, señalando que jugaría "a fondo" frente al reto y compromiso de representar al PJ y a la provincia otra vez. Además parte de su decisión se debe al respaldo que le otorgan las cifras de las encuestas y, por sobretodo, también a la votación unánime de los congresales que concurrieron al Congreso extraordinario desarrollado el pasado sábado 16 de julio en Eduardo Castex.

Haber caratulado como "crisis" al proceso vivido por el peronismo es algo exagerado, quizás debería decirse que los intereses de algunos dirigentes colisionaron con el proyecto y la conductora del justicialismo. Plantear una "crisis" institucional es demasiado superfluo, a sabiendas de cómo funciona en su estructura el movimiento nacional y, en particular, el movimiento peronista provincial.
Esos reacomodamientos o disputas por espacios de poder son comunes a toda fuerza política, y representan una necesaria demostración de buena salud. ¿Acaso las dos fórmulas presidenciales y las cuatro listas de diputados nacionales que presenta el Frepam implica un desorden partidario? Al contrario, un partido famélico y anquilosado sólo se preocuparía en durar, en permanecer lo más inactivo posible, cosa de que nada cambie y no se modifique la tranquilidad de su funcionamiento.
Algunos pensarán que la actividad que hubo en el peronismo es puro simulacro, porque, en definitiva, se postula a un compañero que acaba de cumplir 75 años; pero no es así, estas semanas fueron altamente movilizadoras, se recuperó ante todo la capacidad de diálogo, de negociación política, y predispuso a pensar al peronismo en la instancia del trasvasamiento generacional.

Pero replanteemos la nominación de "crisis" en términos históricos. Tal vez los que no conocen ―desde adentro― la historia del peronismo no perciban el modo como se moviliza y se renueva, ni tampoco reconozcan la estrategia (o la resistencia) que lo sostuvo vigente a pesar de la persecución que sufriera durante tantos años. Es por eso que capaz que no entiendan que todos estos chisporroteos han sido una causa menor, una anécdota más.
El peronismo ha padecido verdaderas "crisis" o tragedias; como la muerte prematura de una líder como Evita, los bombardeos de Plaza de Mayo, el exilio de Perón, los fusilamientos de los compañeros en el partido de José León Suárez y de los revolucionarios responsables del levantamiento del 9 de junio de 1956, la proscripción durante 18 años, los fusilamientos de los compañeros en Trelew, la persecución y asesinato de los cuadros políticos por la Triple A, el secuestro, la tortura y desaparición de gran parte de los 30.000 militantes peronistas en la última dictadura, la traición de Menem con sus políticas neoliberales, el fallecimiento de sus dos conductores principales, el General Perón y Néstor Kirchner y, desde ya, los dos golpes de Estado con que lo despojaron del poder.
Esas sí que fueron "crisis" que le movieron hasta los cimientos, pero el peronismo se levantó de cada uno de dichos acontecimientos con el compromiso de sus dirigentes y de los militantes. Es como una ola que siempre regresa, renovado, y como instituyó Evita, vuelve, y se convierte en millones en las calles, en las urnas. El peronismo tiene la capacidad de reinventarse, de ir y construir su destino, que es el destino del pueblo; y como siempre lleva a su mejor candidato en busca de la victoria.

En la campaña electoral de 2007 el compañero Oscar Mario Jorge recorrió muchos pueblos de La Pampa, donde comunicó su proyecto político para la provincia y, también, enfatizó las virtudes y la representatividad que tuvo (y tiene) la actual presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. En cada uno de los actos expresó su apoyo incondicional a la candidatura de la senadora santacruceña, incluso una vez que asumió la conducción desde la Casa Rosada, nuestro gobernador avaló las políticas que se propusieron y diseñaron desde el Ejecutivo nacional. Jorge apoyó (y apoya) sin vacilar ni especular a Cristina hasta en los momentos más álgidos. Su lealtad ha quedado signada en sus propias declaraciones.
En esa lealtad y consecuencia con el Proyecto Nacional y Popular muchos compañeros y compañeras han respaldado el gobierno de "Ningo" Jorge, y más todavía cuando fue presionado por los grupos concentrados de la economía local y otros sectores de la política.
Los peronistas van a revalidar su militancia y acompañamiento en esta gesta que se inicia hacia el 23 de octubre, sabiendo que la estirpe y la coherencia del actual gobernador, secundado por Norma Durango, van a replicar y profundizar las políticas diseñadas y emanadas de Nación. Ambos dirigentes van a enaltecer el cargo que los pampeanos le confiarán una vez más.

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