lunes, 28 de septiembre de 2009

Jorge Rendo: el fabricante de mentiras

Miradas al Sur - 26-09-2009

"Él era un fabricante de mentiras, él tenía las historias de cartón. Su vida era una fábula de lata sus ojos eran luces de neón. Y nunca tengas fe que sus mentiras puedan traer dolor."
Charly García


Por Eduardo Anguita

Cuando Jorge Fontevecchia decidió sacar Perfil diario, en 1998, recibió una fría invitación del CEO de Clarín, Héctor Magnetto. Se reunieron cuando en la redacción de la calle Piedras ya estaban con los primeros números cero. Magnetto salió del cuarto piso del edificio de la calle Tacuarí y el chofer lo llevó hasta un hotel porteño. Fontevecchia lo esperaba en un reservado. El de Clarín, siempre de pocas palabras, fue al grano:

–Vengo a aconsejarle que no se meta en el mercado de los diarios.

Fontevecchia, le replicó:

–Me tengo que meter en el mercado de los diarios porque ustedes se metieron en el de las revistas.

El dueño de Perfil aludía al relanzamiento de Viva, la revista dominical de Clarín, que pretendía sacarle lectores a Noticias y a Caras. El experimento de Fontevecchia fue breve. Cuando cerró abruptamente el diario, Magnetto no ocultó su alegría ante los pocos interlocutores que tenían acceso a su despacho.

Por aquellos días, el director de Relaciones Externas, Jorge Rendo, advertía a diputados y senadores con los que departía habitualmente, que no era necesario otro diario en la Argentina y que era una pena que Fontevecchia hubiera perdido tiempo y dinero. Sobre todo, explicaba Rendo con muy poca sutileza, porque el de Perfil era un muchacho con experiencia, hijo de un gran editor.

Rendo tuvo como norma no hacer declaraciones públicas. Su fuerte es el lobby, la sugerencia, la extorsión. Pero el universo empezó a derrumbarse y los habituales interlocutores ya no sienten temor ante el poderío de Rendo. Cayó el valor de las acciones del grupo, el contrato con la AFA tuvo un final abrupto, el Comfer decidió no validar la fusión de Multicanal y Cablevisión y en la Cámara de Diputados era un hecho que el proyecto de ley de Servicios Audiovisuales avanzaba. Fue entonces que, Magnetto, aquejado por su enfermedad, lejos de los recelos de otros tiempos, le pidió a Rendo que diera la cara. Y lo hizo nada menos que con una entrevista pactada con Fontevecchia, quien decidió sumarse a la cruzada de quien, diez años atrás, ayudó a que Perfil se hundiera. Dos periodistas de Perfil fueron a visitar a Rendo a su oficina y publicaron un largo reportaje que, entre otras fantasías, surgen cosas como la que sigue.

–¿Cómo explica los lazos que Kirchner le atribuye al Grupo con la dictadura?

–Como otra falsedad no exenta de hipocresía. Clarín fue uno de los diarios que más incomodó al gobierno militar por su crítica a la política económica de Martínez de Hoz, ya que consideramos que dañaba la industria nacional. De hecho, el famoso artículo 45° de la Ley de Radiodifusión de 1980, que prohibía a los diarios acceder a radio y TV, fue escrito contra Clarín y contra Héctor Ricardo García, dueño de Crónica. Esto lo dijo el semiólogo Oscar Landi. Así que me parece que se trata de otra de las distorsiones de la historia reciente a las que nos tienen acostumbrados los Kirchner.

Lo de Rendo no tiene vergüenza. Jamás Landi publicó semejante cosa. Resulta un insulto para un intelectual de larga trayectoria militante a quien Rendo le atribuye una visión conspirativa y pasatista a la hora de analizar el decreto 22.285, llamado ley de Radiodifusión. Recientemente, las hijas de Adolfo Castello, Carla y Daniela, ambas periodistas, salieron a denunciar la utilización del nombre de su padre, también fallecido, a quien sumaron con desfachatez a la pelea por defender sus intereses monopólicos.

–Respecto de Papel Prensa –continúa Rendo–, la compramos junto a otros dos diarios y la hicimos funcionar pese a las fuertes resistencias internas que había en el poder militar. Como usted sabe, la forma de controlar históricamente a los diarios fueron los aranceles aduaneros y el tipo de cambio. Con esta empresa el país no sólo ganó una industria, sino que el sector de diarios ganó mayor autonomía respecto de los gobiernos.

En este número de Miradas al Sur está contada la verdadera historia de Papel Prensa. Los dos periodistas de Perfil que le pusieron el grabador a Rendo, obviamente, tenían instrucciones de no repreguntar. Quizás ellos no sabían siquiera de aquella reunión entre Magnetto y Fontevecchia. Atrás quedaron las disputas.

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