miércoles, 3 de octubre de 2007

Felipe Vallese: Mártir de la JP

Felipe Vallese, militante de la JP, es el primer detenido-desaparecido de la historia contemporánea argentina. Fue secuestrado el 23 de agosto de 1962 y visto brutalmente torturado en una comisaria de Villa Adelina.
Con el gobierno de Frondizi alicaído se intensifican las negociaciones entre las fuerzas políticas, por una parte se pretendía que regresara Perón al país y participe de las elecciones y por el otro los gorilas de siempre confabulaban para que esto no sucediera. De a poco fueron cercando al presidente constitucional y lograron que renunciara, aunque éste había declarado que "no me suicidaré, no renunciaré y no dejaré el país". Dos días después frente al movimiento de tropas, renuncia, y es arrestado en Olivos y trasladado a Martín García. El día 30 de marzo de 1962 asume José María Guido como presidente de la Nación, hasta entonces, presidente del Senado. El gobierno títere de Guido, no es más que una fachada tras la cual gobiernan los militares.
El 24 de abril, el presidente impuesto anula las elecciones en las que había triunfado el peronismo: Andrés Framini había anunciado que el 1º de mayo asumiría la gobernación, pese a la anulación, se presenta en la casa de gobierno provincial, labrando un acta.
El 24 de julio por un decreto del Poder Ejecutivo queda prohibido el proselitismo peronista, la exhibición publicitaria de fotografías y marchas. Nuevamente, bajo otro rótulo, reaparece el decreto 4161.
El mes de agosto se inicia con una huelga general de 48 horas decretada por la CGT. El 23 de agosto se produce un hecho que conmueve al movimiento peronista: es secuestrado el obrero metalúrgico y dirigente de la juventud peronista Felipe Vallese. El reclamo por su vida se convierte en bandera de lucha: "un grito que estremece, Vallese no aparece".
Felipe Vallese tenía 22 años y era delegado en la fábrica TEA S.R.L., junto a la actividad gremial militaba en la Juventud Peronista. Integraba el grupo de Corrientes y Esmeralda, donde había secundado a Gustavo Rearte en el copamiento de Ezeiza. La policía de la provincia de Buenos Aires no lo detiene por las actividades en las que estaba involucrado, sino por la búsqueda del compañero Alberto Rearte. Se trata de un procedimiento ilegal en jurisdicción de la Capital Federal y Vallese es secuestrado frente al número 1776 de la calle Canalejas. La justicia a instancias de su familia y de la UOM ha logrado reconstruir la muerte de Felipe Vallese, en la comisaría de Villa Lynch donde desaparece después de ser torturado. Su cuerpo jamás apareció pero su nombre simboliza la lucha y entrega de aquella juventud que no reparó en peligros por la defensa de sus ideales. La calle Canalejas actualmente lleva su nombre y así también se denomina el salón de actos de la CGT en su sede de la calle Azopardo 802 de la Capital Federal.
Los militantes del campo popular no podemos olvidar este acto espurio llevado a cabo por la misma casta de genocidas que abundan en este país, una maquinaria represiva que no ha dejado de trabajar aún en democracia, por eso es que también hoy en día tenemos al compañero Julio López desaparecido, al docente Carlos Fuentealba asesinado en Neuquén; es una patología que se reitera cada vez que la política se acerca a la consigna de la liberación de los oprimidos. El status quo parido por las ideas de la Generación del ’80 se moviliza constantemente, poniendo en funcionamiento sus anticuerpos dormidos, respaldándose en la estructura que armaron durante las dictaduras que encabezaron, amparados por las instituciones militares y eclesiásticas.
En la provincia de La Pampa, los compañeros militantes levantamos las banderas de la revolución latinoamericana y repetimos como aquellos luchadores el "grito que estremece, Vallese no aparece"; y llevamos como una enseña la imagen de Felipe porque no olvidamos ni nos doblamos, porque llegará el día en que los oligarcas cobardes habrán de pagar cada una de esas muertes y sentirán el duro escarmiento de las masas argentinas.

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