Desde nuestro humilde lugar de trabajo y praxis cotidiana los integrantes del Comando Cámpora nos solidarizamos con la Ministro Alicia Kirchner y repudiamos todo hecho que ponga en peligro la vida de cualquier compañero de lucha. Haciendo un análisis de lo ocurrido se observa de que estas acciones gratuitas de violencia no conducen a nada, sino que generan más divisiones entre los argentinos.
Pareciera que determinadas tipologías de comportamiento siguen asociadas a las que utilizaron las dictaduras impuestas en Latinoamérica para deconstruir el campo popular; por eso más allá de las diferencias, más allá de las militancias, incluso más allá de las ideologías, ante todo se debe considerar a los integrantes del socius como seres humanos y no como si fueran animales que ante el enojo, la obnubilación, agreden de inmediato e instintivamente al "otro". En ese sentido es necesario controlar los impulsos, el instinto de muerte que ha instaurado el imperialismo neoliberal en el mundo y, específicamente, el que se percibe en nuestra patria (con la desaparición de Julio López, por ejemplo), ante la triste circunstancia de que todos conocen la larga lista de muertos que se tiene en este período democrático. Por lo tanto se aboga a la sensatez, y desde un examen de conciencia es necesario pensar y repensar hasta que punto es viable la violencia personalizada.
El siglo pasado tuvo como síntesis apabullante la pasión por lo real, fue uno de los más destructivos que ha conocido la humanidad; por lo tanto, los ciudadanos argentinos se deben, a pesar de las posiciones que ocupan en el campo de lucha, solidaridad y respeto.
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