jueves, 26 de abril de 2007

Día del Trabajador - Plaza de Mayo

1º de Mayo de 1949

Compañeras y compañeros:

Es con inmensa alegría que hoy festejamos el 1º de Mayo, día del trabajador. Es un 1º de mayo de la época peronista, un 1º de mayo de felicidad y alegría en todos los hogares argentinos y trabajadores de la Patria.
Y es con inmensa alegría que vemos a esta muchedumbre apretujada, no con las manos crispadas ni con gesto de rebelión, sino de alegría y batiendo palmas para aclamar al Líder de los trabajadores, que fue el hombre capaz de reivindicar la justicia social por tanto tiempo reclamada por los trabajadores de la patria.
Este 1º de mayo no es el 1º de mayo de la impotencia, no es el 1º de mayo en el que en todos los hogares de la patria había tristeza, desolación y desesperanza. Este es un 1º de mayo en que los obreros han desterrado toda bandera foránea para enarbolar la azul y blanca, la más hermosa de las banderas, la nuestra, la de la Patria.
Hoy los obreros argentinos no entonan más que un himno, el patrio, y no vitorean más que al General Perón, el realizador, el visionario, el patriota que con sus sueños enarboló la justicia social cuando creara ese magnífico edificio, que fue un poco de luz para todos los hogares proletarios de la patria.
Hoy viene la masa trabajadora argentina a rendir homenaje al general Perón; hoy viene la masa trabajadora argentina a festejar este 1º de mayo que es un 1º de mayo de fiesta proletaria; hoy viene la masa trabajadora argentina no como antes cuando desfilaba ante la indiferencia de los anteriores gobiernos, que no tuvieron, tal vez por inercia, por incapacidad o por falta de humanidad, el deseo ni la voluntad de aunar las fuerzas para tratar de llevar un poco de felicidad a todos los hogares proletarios de la patria.
Es por eso que acepté orgullosa la invitación de la Confederación General del Trabajo para dirigirles la palabra en nombre de la más humilde de la patria.
Me siento orgullosa, porque hoy la mujer está de pie, ante esta realidad peronista que vivimos todos los argentinos y que queremos que sea para todos los argentinos del futuro a los que deseamos legarles esta época de bonanza de que gozamos gracias al General Perón.
El general Perón, con sus sueños de patriota, en años anteriores, creó allá, en la Secretaría de Trabajo y Previsión, el basamento de la justicia social. Y creó algo más: la dignificación del obrero argentino. Hoy, en la patria, todos tenemos personalidad, pertenecemos a la era social del general Perón, y por lo tanto afrontamos la inmensa responsabilidad de apoyarlo y de acompañarlo para que las futuras generaciones no nos puedan censurar por el hecho de que habiendo tenido a un Perón, no les hayamos legado a ellos la época de bonanza que estamos disfrutando nosotros.
Sabemos que estamos ante un hombre excepcional, sabemos que estamos ante el líder de los trabajadores, ante el líder de la Patria misma, porque Perón es la patria y quien no esté con la patria es un traidor.
La obra del General Perón es demasiado grande para que la comprendan todos. Unicamente el pueblo la comprende porque el pueblo mantiene intactos los valores morales que nos legaron los grandes de nuestra patria. La historia, con su juicio inexorable, nos encontrará al fin del camino y nos dará la razón; y esos rezagados del despertar nacional no tendrán más que una excusa: su mediocridad, su mezquindad de espíritu y su traición a la clase humilde de la patria.
La obra del general Perón a favor de la clase trabajadora, en pos de la libertad económica y de la soberanía de nuestra patria, es demasiado grande para que la comprendan los espíritus mediocres y mezquinos. La obra del general Perón se agiganta a la distancia y la comprenden los humildes porque ellos son los que con su trabajo, su sacrificio y su dedicación construyen la grandeza de la Argentina.
Por eso yo, en nombre de la mujer argentina, vengo no sólo a rendir homenaje al general Perón, sino a la clase trabajadora de la patria porque son ustedes los que están construyendo la gran Argentina. Ustedes acompañaron desde el principio al general Perón; ustedes tuvieron la visión y la comprensión de que se encontraban ante un hombre excepcional, ante un patriota que quema su vida desde el amanecer para legar a los argentinos del futuro, sobre bases justas, una patria grande y soberana. Yo, que he vivido la difícil gestación de esta revolución, sus incertidumbres y su culminación del 17 de octubre de 1945, cuando fui una más confundida en las entrañas de mi pueblo querido; yo, que sé el cariño que siente el general Perón por sus vanguardias descamisadas; yo, que veo al general Perón quemar su vida en aras de la felicidad del pueblo trabajador argentino, puedo decirles de tal pueblo, tal gobernante. Y todavía existen incrédulos que preguntan ¿porqué hay tantos peronistas en la Argentina? Hay peronistas por procedencia popular. El pueblo grita: la vida por Perón. Sí; la vida por Perón, porque si nos faltara él, tendríamos horas escasas para el progreso nacional y para la felicidad de los hogares humildes de la patria. Yo sé que no habría un trabajador, un hombre humilde, una mujer auténticamente del pueblo que no diera la vida en aras de la felicidad de los argentinos y de la patria misma.
Dije que el pueblo humilde y trabajador de la patria era peronista por conciencia nacional, por procedencia popular y por una fe incontenible en el líder, el primer trabajador argentino, el general Perón.
Cuando la Patria estaba lesionada en sus sentimientos más puros, cuando en los hogares argentinos se carecía de todo, cuando los trabajadores no podían tender su mesa, cuando el niño estaba abandonado como lo estaban los ancianos y cuando no había más que desesperanza para todos los humildes y sólo gozaban de felicidad cien familias privilegiadas, surgió un hombre que, cansado de tanta injusticia y de ver sufrir a la patria dominada por capitales foráneos sin bandera, creó la Secretaría de Trabajo y Previsión para remediar tantos males.
Nosotros los descamisados, ante los vende patria, ante los mezquinos y los egoístas, tenemos el sentimiento del desprecio, pero deseamos que vivan para que vean la realidad del general Perón.
Por eso este 1º de mayo es un 1º de mayo que debe ser ejemplo en el mundo convulsionado. La fiesta de los trabajadores argentinos se basa en la felicidad de los humildes que, nobles y bien nacidos, vienen a rendir homenaje al líder de todos los trabajadores del mundo. En nuestra patria ya no existe la olla popular, ya no existe la desesperanza. El general Perón no sólo ha aumentado los salarios, sino que ha hecho algo más: ha dignificado la vida porque ha dignificado al hombre por el hombre.
En nuestra Patria ya no se entonan himnos extranjeros, sino que se canta el nuestro y no se enarbolan trapos foráneos sino que se lleva la inmaculada bandera azul y blanca. En nuestra patria el 1º de mayo es el canto a la vida, a la esperanza y las sonrisas. Los labios del pueblo, que se habían hecho para la sonrisa, por la inercia de los gobiernos despóticos y oligárquicos sólo conocían el odio y las negaciones.
Ellos son los culpables de que nuestro pueblo querido haya sufrido tanto; ellos son los culpables de que el trabajador argentino haya estado sumergido durante 50 años. Pero la historia dará su juicio inexorable y debe hacer justicia al general Perón y a nosotros. A ellos los despreciamos olímpicamente, porque los descamisados no podemos detenernos en nuestra marcha hacia la gran Argentina que está creando para bien de todos, el general Perón, que sabemos, sueña, lucha y trabaja a diario para llevar la felicidad a los 16 millones de habitantes de nuestro suelo y por legar a los futuros argentinos una patria más próspera, más justa y más grande que la que él encontró.
Hoy vengo a rendir homenaje a este 1º de mayo en nombre de las mujeres de mi patria, que salimos el 17 de octubre a defender al viejo coronel Perón con nuestro corazón criollo que, sabemos, es el mismo que sigue latiendo en el pecho de cualquier peronista, porque es el corazón glorioso del descamisado de 1945.
En nombre de las mujeres de mi patria he abrazado el apostolado de acompañar el general Perón, tratando de imitarlo y de comprender su obra ciclópea y patriótica. Es por eso que tengo una fe inquebrantable en el éxito y unos deseos irrefrenables de quemar mi vida si con ello se alumbrara con la felicidad algún hogar humilde de mi patria.
Quiero terminar con una frase muy mía, que digo siempre a todos los descamisados de mi patria, pero no quiero que sea una frase más, sino que vean en ella el sentimiento de una mujer al servicio de los humildes y al servicio de todos los que sufren: "Prefiero ser Evita, antes de ser la esposa del Presidente, si ese Evita es dicho para calmar algún dolor en algún hogar de mi patria".

Artículos de la revista Movimiento (2006/7)

Irak: preludio de una retirada humillante

por Leonardo Avendaño
La testarudez que tienen generalmente los necios se ha visto puesta de manifiesto públicamente por Bush. Es que el presidente norteamericano presa de su falta de cintura política y su ligera tendencia a las soluciones militares no quiere digerir la realidad. Y la realidad es que los cruzados de occidente están perdiendo la guerra en Irak. Bush desoyendo los consejos de los asesores que le sugieren retirarse de la región del conflicto y buscar una solución política acaba de anunciar el envió de mas tropas, lo que lo aísla aún más en el contexto de la política internacional; sólo Tony Blair y el Premier Israelí pueden apoyar semejante error táctico-estratégico. Es válido recordar que estos dos últimos carecen ya de legitimidad en sus propios países, uno por el desastre de la guerra contra el Líbano y el otro no sólo por la impopular determinación de embarcarse en la guerra en Irak sino por la traición ideológica al laborismo inglés, si es que alguna vez este personaje tuvo conciencia de clase y le intereso la realidad de los sufridos obreros de Gran Bretaña.

En el transcurso de diciembre “Yor doble W Bus” reconoció que no están ganando en Irak pero que tampoco pierden, queriendo ocultar en un virtual empate técnico la cruda realidad. Es que a la guerra la están perdiendo. Primero fue el reciente Ministro de defensa Robert Gates, lo siguió el Jefe del Estado Mayor Conjunto, general Peter Pace, ambos reconocieron que no estaban ganando la guerra y eso ya se sabe que en un país tan exitista como lo es el pueblo norteamericano trae problemas y la respuesta no se hizo esperar. En las pasadas elecciones legislativas los votantes castigaron a los republicanos con una dura derrota a manos de los demócratas, lo que ya de hecho marca la falta de legitimidad del gobierno de Bush y abre un interrogante mayor, hasta cuando los sectores económicos y las corporaciones que indujeron a esta guerra seguirán bancando a este último. Por que si algún ingenuo (si es que queda alguno en política) cree que el que decide es “YOR doble W”, desconoce la realidad de esta contienda y su objetivo, que sólo fue el de robar petróleo en medio oriente y apropiarse de las reservas de aquella región, las cuales se las dividirían entre las corporaciones más grandes de combustibles, incluso la reconstrucción de Irak generaría ganancias en las empresas constructoras más allegadas al vice-presidente estadounidense. El negocio era redondo, claro que no contaban ni por asomo la posibilidad de una derrota político-militar, a esta hora los asesores de Bus, sus ministros, el vice-presidente, los gurúes del pentágono, y todos los neoconservadores de la política de EE.UU. intentan crear una cortina de humo para ganar tiempo.
Están analizando si se retiran del teatro de operaciones. En realidad necesitan tiempo para concluir el armado de un cerco marítimo y aéreo, terminar a su vez de adiestrar al débil ejército iraquí que únicamente cumplirá el rol de una fuerza de ocupación en su propia tierra y contra su propio pueblo. Por supuesto dejarán bases para garantizar que ningún militar de ese nuevo ejercito se le ocurra hacerse el rebelde.
Pero el gran problema es la situación política de Irak, el vacío de poder que reina allí no da garantía de nada para occidente, es que el gobierno títere de Bagdad carece de legitimidad y de peso propio, sólo es un apéndice de los intereses de EE.UU. El único sector organizado en Irak es la resistencia, o sea la antigua guardia republicana, la etnia sunita y el partido de Saddan Husein (BAATH) que, vale recordar, fue el único sector que se opuso a la farsa constituyente, mientras tanto el embajador yanqui en Bagdad ya negocia con Irán. Es que las bravuconadas públicas de Bush son para entretener a algún sector interno, las contradicciones entre síhitas y kurdos ya salieron a la luz en el endeble gobierno de Bagdad, los primeros acantonados en el sur y los segundos en el norte, se pelean por las ganancias de las regalías petroleras. Esto favorece la posición yanqui que frota la lámpara con una idea clásica del viejo león inglés, que consiste en retirarse de un lugar ocupado y dejar formado dos o tres países más, es que siempre existe algún sector burgués dispuesto a servir al Imperio. La postura mesiánica de Bush y sus aliados no puede ocultar la derrota militar a la que están siendo sometidos y su política expansionista en medio oriente ha fracasado; esto lo saben las corporaciones financieras que son las ideólogas de esta guerra, o sea el robo del crudo en medio oriente. Ya es conocida la consigna de que el capital no tiene ni patria ni bandera, y que tanto Bush como sus aliados políticos tienen los días contados en sus respectivos gobiernos. Los idiotas útiles son descartables en política.Por lo tanto los cruzados occidentales mastican una retirada humillante, lo demás está por verse, es que recién comienza la psicosis de una derrota idéntica a la pos-Vietnam, y no cabe la menor duda de que sus cicatrices costarán cerrarse.

Alianza tripartita para acceder al poder

por Sergio De Matteo

Las últimas décadas del siglo XX y estos pocos años transcurridos del presente milenio en la provincia de La Pampa ponen en evidencia de que las luchas en el campo político siempre han sido fructuosas; una pirotecnia de alto voltaje con pocas ideas entrecruzada por los contendientes de turno, pero que, en definitiva, se resolvieron dentro del marco democrático y por la decisión del soberano: los votos del pueblo.
Mucho se ha escrito y escribe en diarios, en libros, incluso distintas conferencias han abordado la problemática, y en cada uno de esos actos la evidencia muestra de que siempre se han terminado reuniendo aquellos que resultaron perdedores a la hora de la verdad de las urnas. Esta “sociedad de discurso” hasta ahora sólo puede objetar por los artificios del aparato para sostenerse en el poder, pero en todo caso les resulta imposible eludir de que los triunfos en cada convocatoria a elecciones siempre han sido legítimos.

Justamente, si se hace un recorrido de las campañas podrán encontrarse indicios de cómo ciertas figuras del campo social, cultural, educativo, cooperativo, etc. se han visto impulsadas a participar de la contienda política. En esta perspectiva han asumido siempre el rol de opositores al poder hegemónico, inclusive han llegado a asociarse y participado junto a los históricos radicales para tener chances ante el partido que acumula la mayor cantidad de votos desde hace décadas en La Pampa. Algunos de los partícipes han sorteado con éxito el desafío, otros se quedaron en el camino. Muchos de los mismos salieron de las filas del peronismo; aunque fueron formados en esa ideología no se animaron a enfrentar en internas a los referentes naturales, por lo que prefirieron armar otras fuerzas y conseguir puestos en la legislatura nacional o provincial.

Si se analiza de qué manera han podido saltar del campo intelectual al político, no es ninguna sorpresa encontrar los motivos y a los impulsores de la opción; porque el objetivo siempre ha sido la de intentar vencer al partido justicialista. Sin lugar a duda, este malestar se ha fogoneado constantemente desde un diario local que, además de informar, se ha jugado muchas veces a pleno en la instancia política, ya que su día de gloria será cuando pueda intitular en su tapa que el peronismo ha perdido en la provincia de La Pampa. Por cierto, falta mucho para que esto suceda, debido a que cada contendiente al que han avalado carecía de la formación y la inteligencia necesaria para debatir en política. Es decir, no es lo mismo que se destaquen en su profesión o en la institución intermedia en la que desempeñan tareas que entrar de lleno en la estructura política, porque las intermediaciones son distintas, primero y principal en el diálogo con los ciudadanos, con las barriadas, y en esa relación existen códigos y protocolos, compromisos y responsabilidades a cumplir muy diferentes a las de las entidades que provienen. En definitiva, para no andar dando vueltas, teniendo en cuenta el bagaje formativo y los errores que han cometido estos dirigentes, debemos decir que los que pretendían erigirse como una opción dentro de la política vernácula fracasaron porque, sencillamente, no eran “cuadros políticos”; y el arte de la política no puede hacerse sólo con buenas intenciones, debe haber un proyecto sustentable y un equipo de trabajo además de una formación sólida.

Por eso la mirada que escruta al sesgo encontrará o reconstruirá los rastros de aquello que fue escrito e inscripto en una obra, en una editorial, los “juegos de lenguaje” que constituyen el acontecimiento o por lo menos el deseo de que un acontecimiento cuaje en la historia y modifique la coyuntura, en ese complejo discursivo -ya que todo es texto, y el mismo se constituye como testimonio- se han anudado tres instituciones, quizá sea posible afirmar que ha sido de modo programático, intentando recusar una fuerza que se sostiene por el voto de sus afiliados y el resto de los ciudadanos que optan por la oferta de candidatos. Bien señala el pensador Michel Foucault que “no hay que devolver el discurso a la lejana presencia del origen; hay que tratarlo en el juego de su instancia”; y esta proposición o toma de posición discursiva ante cada evento eleccionario retorna el devenir de esa instancia concursada desde su origen con el objetivo de dejar una marca otra en el discurso del poder. Entonces si buceamos en el archivo y se reponen algunos nombres que intentaron la hazaña de “voltear” al poder, veremos que han surgido desde instituciones como la Cooperativa Popular de Electricidad (Pablo Fernández) o de la Universidad Nacional de La Pampa (Oscar Nocetti), por citar los que más revuelo causaron. Tampoco es erróneo cotejar ciertas relaciones que se dan entre ambos organismos, donde se dan intervenciones en las que colaboran estrechamente con propuestas interinstitucionales, reciprocidad de auspicios y préstamo de la infraestructura. Nada más es necesario echarle una hojeada a los diarios, a las revistas en los que anuncian sus actividades y en donde invierten la publicidad. Y ahí aparece la otra figura fantasmática que faltaba agregar a esta alianza tripartita: La Arena. Sus ediciones no dejan mentir, al buen investigador pocas páginas le servirán para observar el lugar preponderante que ocupan estas figuras en épocas de elecciones, el contenido de las notas, las fotos, el intercambio de favores y demás. Poner en evidencia esta alianza puede traer resquemores, pero si opinan lo contrario se pueden rastrear los hilos que fueron tejiendo el entramado, y también es viable el registro de cómo han pasado de un puesto al otro para servir a la causa. No hay archivo que resista la verdad. Lo que molesta es que no manifiesten abiertamente el interés de sumarse al campo político. Visto este causal desde una perspectiva psicológica, J. Lacan señala que “el discurso del saber quiere ser discurso del poder”; por lo tanto algunos referentes universitarios están llevando adelante dicha jugada al conformar el Foro Social. La presidencia la ocupa el peso pesado de esa casa de estudio y que, recientemente, ha convocado a su mandato para potenciar las relaciones con la comunidad a un periodista que ya revistó en el multimedio del “viejo”, luego en la C.P.E., y como a buen entendedor sobran las palabras no es necesario señalar o identificar a los actores y sus objetivos. Lo que sí queda claro es que el tiempo dirá qué es lo que están construyendo. Sin embargo, es sabido que en la disputa entre diferentes posturas políticas se involucran figuras que trabajan en la sombra y no ocuparán esos espacios si llegaran a vencer; pero como el diario ha asumido una posición ideológica es de carácter ineludible la manipulación de las opciones con las que se media en la realidad para conseguir el poder en nombre de ciertos delfines políticos. Por lo tanto se construyen enunciados que intentan generar un sensorium sostenido en los signos, que de por sí es una categoría que fluctúa en lo espectral, y ese movimiento en la interrelación de las palabras -el discurso periodístico, en este caso- y las cosas -el soporte en papel o las ondas radiofónicas- se manifiesta en la “sociedad de discurso”. En la Arqueología del saber el pensador francés Michel Foucault refiere: “Tarea que consiste en no tratar -en dejar de tratar- los discursos como conjuntos de signos (de elementos significantes que envían a contenidos o a representaciones), sino como prácticas que forman sistemáticamente los objetos de que hablan”. El diario y su discurso elaboran los perfiles de los candidatos, forman y deforman ideologemas que van de un candidato a otro, la opción es variable e infinita, una identidad mutante, porque no importa quién ni cuándo, sino el objetivo final: tener siempre una opción contrahegemónica encarnada en un “frente” o “alianza”. En ese sentido, como explica Foucault, la práctica discursiva deviene en objeto (propaganda) que constituye a su representante. Mientras tanto sólo podemos decir que aprovechen sus ventajas económicas -la acumulación de capital, porque nunca estos referentes de la pseudoizquierda han estado desocupados???- para formarse seriamente como cuadros políticos para revistar en dicha estructura. De lo contrario debemos sospechar que pretenden llegar a dicho lugar por un recalcitrante estigma antiperonista, por la estimulante prima del sueldo y el nada despreciable status con que congratula la participación en el poder.

Sobre los espectros inventados

El General Perón ha dicho: “La consigna de este momento ha de ser unión y entendimiento entre los hombres de nuestra causa, para evitar disensiones. Los que dirigen deben escuchar a las masas, que no se equivocan, y ellas deben ser disciplinadas y conscientes para empujar en conjunto este movimiento, que es la verdadera salvación de la patria”.

Tantas veces va el cántaro a la fuente que termina rompiéndose, dice la frase popular; a veces trae agua y otras solamente quedan desparramados sus guijarros. Desde hace bastante tiempo muchos medios locales vienen especulando con los candidatos que tendría el peronismo para una interna, en donde se dirima, justamente, el referente natural que represente a las bases. Las especulaciones de sus periodistas han ocupado páginas y horas de radio para darle contenido a las mismas y, por lo tanto, sea posible un enfrentamiento que favorezca a la oposición. Más allá de esta diáspora que tiene sólo entidad en sus órganos difusores, tanto el “movimiento” como sus militantes han sabido siempre arreglar sus disensos internos sin consortes ajenos y mucho menos influidos por factores externos; ofreciendo, luego, los mejores hombres para que conduzcan la patria.
El compromiso de muchos de sus dirigentes ha estado a la altura de lo que la hora exigía; teniendo en cuenta los reclamos del pueblo, porque éste elige y muy pocas veces se equivoca. Toda tergiversación del mandato popular se corresponde a elucubraciones fantasmas, espectros creados, recreados y echados a rodar por contendientes oportunistas, formaciones de advenedizos de la política, porque en la marea revuelta, en la confusión general, únicamente pueden obtener el beneficio del electorado que la voluntad popular no les concede.
En La Pampa los guarismos de las elecciones son una realidad, una tendencia que las estadísticas marcan y remarcan cada vez que se emprende un análisis; y es que cada vez que armaron un frente o una alianza perdieron. A ciencia cierta sólo han podido acomodar uno que otro candidato construido a través de los diarios y algunas instituciones que refieren sofismas vacíos. “Sociedades de discurso” nutridas y alimentadas contra el movimiento popular y nacional peronista que, a pesar de loss giros y las citas intelectuales que utilizan, vociferan ideologemas que compran muy pocos; debido a que las bases populares saben bien a quién tienen que votar.
Pueden hablar de Marín, de Verna, de Mediza, de Jorge, discutir, especular y mediatizar sobre la cruenta interna del peronismo, porque necesitan vender algunos ejemplares más y poder sostener un viejo status quo que nunca han dejado de disfrutar: una buena vida, muy buena y que no se condice con el socialismo que profesan de la boca para fuera.

Entonces compañero, compañera, usted sabe bien, más allá de las diferencias, quien le tiende la mano en el Partido. No se olvide aquella frase profesada por Perón: para un peronista no hay nada mejor que otro peronista. Entonces no se deje engañar por los discursos antiperonistas.